En una encrucijada me encuentro,

Te disparo la flecha

Y enamórate aunque sea un momento

O si prefieres elige una vida de dicha


Poniéndole amor a tu actitud de pareja.

lunes, 24 de febrero de 2025

Cartas a Florencia

En una semana de enero de 2015 escribí Cartas a Florencia. Antes de Naturaleza de amor, e Himnos de romance.


Y fue que allí estabas,

suave y bonita. Empapada de lágrimas,

sonrisa algo tímida,

ojos color a triste, aún hermosos.

Te miro tranquilo, sin sobresalto.

Quiero darte paz,

pero es a la inversa.

Me quedo feliz,

enamorado a primera vista.

De pronto charlamos

y ¿sabes? Me gustas.

Ya no hay camino para evadirlo

no me imagino

solo, sin verte.

Aunque corro peligro,

nos despedimos.

Te digo nos vemos

pero al fin, por las circunstancias,

no sé cuando será.

Si acaso volvieras

el amor se encendiera

ahora sin vueltas

te diría al oído

cuánto te quiero.

Te pediría, que

te cases conmigo.

Te amo, no sé cuanto.

Es muy prematuro, lo sé.

Pero tengo confianza

en lo que siento por ti.

Te haría alabanzas pero no me animo,

me pone en lucha con mi destino.

Destino incierto que tal vez

cambie un día.

Ojalá sea por tu compañía.

Te quiero, te amo

casi por nada.

Es que tienes un ángel

rodeando tu cara.

Y siembras amor en cada mirada.

Tu simpatía, no tiene límites

eres hermosa, suave y delicada.

Este poema no tendrá fin,

mientras yo viva estaré enamorado.

Los sentidos me niegan

distraerme.

Me vuelvo loco,

pero me calmo,

al menos estarás en mi alma,

junto a mi corazón todas las noches y días.

Como una melodía

que cantase Cupido.

Te busco en todas las caras,

veo caras lindas, algunas hermosas

otras tristes o alegres.

Pero no encuentro la tuya,

ninguna tan luminosa,

no las hay tan trasparentes,

tan cristalinas o diáfanas: tan clara o fácil de entender.

Tan bellamente tersa.

Un rostro del cuál sale luz.

No veo la cara de mi amor en la multitud;

aún acompañado me siento solo.

Solo de una manera abrumadora.

Solo sin ti.

Te busco en la calle, en los transeúntes,

dentro de los automóviles que circulan indolentes

y sin transportarte.

Me imagino en el cine contigo, pero cuando encienden la luz

tampoco estás ahí.

Aún difícil, tengo ganas de verte

y confío que más o menos temprano

te encontraré en tu individualidad;

tu dulce persona,

tu atractiva mirada,

la cuál devuelvo y me consume en amores.

Me desvelo por tenerte aquí a mi lado,

sueño que seas una canción que juntos podamos cantar.

Quiero que estés, quiero verte, quiero que seas

la poesía que enamora mi alma.

¿Sabes? No te conozco

pero solo haberte visto

suave y bonita, dulce y tranquila

me hace buscar tu mirada

hasta encontrarla.

Aunque la búsqueda sea ardua,

interminable

y consuma mi vida.

No será en vano.

Eres lo más bello que hay

con tu simpatía,

mirada angelical

y ternura sin fin.

Me gustas,

ya no podré olvidar

las tímidas conversaciones.

Es que muy tímido soy.

Disfruto mucho contigo

al abrigo de tus ojos

tu sonrisa trasparente.

Apenas sobrevivo sin verte,

gracias por existir

porque me devolviste las ganas de vivir.

Desde que te conozco

no paro de soñar

ya no deseando estar despierto.

Una nítida imagen tengo de ti

ya no me puedo concentrar.

No obstante necesito seguir.

Eres importante en mi vida

no te das cuenta quizás.

Pero sí que me gustas.

No sabes cuánto.

Yo no sé como pasó

pero es lo que siento por ti.

Solo me siento un príncipe

cuando estoy contigo princesa

aunque no sé llegar.

En tu ausencia solo me queda la poesía.

Es que mi corazón te eligió,

a prima impresión fue.

Ya no sé como voy a seguir sin vos.

 Me consume el fuego del amor

la ansiedad de la ausencia

la espera por verte.

Me gustas,

tampoco el infinito

es grande al lado

de lo que siento por ti.

Desde que te vi, no hago otra cosa

que refugiarme en la poesía.

Quiero decirte cuánto te quiero

es que eres dulce y bonita,

profunda y de alma hermosa.

Tú eres espontánea, pura,

el rescate de mi vida.

Has encendido la chispa

que ya no deja que sienta pena.

Me das la valentía de enfrentar los días.

Larga vida a ti princesa!

Eres el entusiasmo de mi vivir cotidiano.

Ojalá algún día te pueda compartir

esta poesía.

Y lleguemos lejos, juntos, si es nuestro destino.


Por lo que me diste Florencia aún sin saberlo. Te deseo felicidad.


Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén

En el nombre del Padre. Amén.